Una de las mas significativas características de la adolescencia es el desbordamiento de la afectividad que lleva a constantes cambios de humor, falta de motivación, etc. La existencia de un horario y unas aficiones para templar y encauzar ese desbordamiento de lo afectivo es importante.
Efectivamente un horario estable y unas aficiones que llenen el tiempo libre ayudan a superar con éxito la etapa de la adolescencia y además crean hábitos que ayudarán en la maduración personal y a disfrutar de la vida. Pasar el tiempo, empezar algo y no acabarlo o pasarse el día tumbado genera una tendencia a la desmotivación y al abandono personal.
Por el contrario la exigencia cariñosa de los padres, la existencia de un horario y el fomento de aficiones ayuda a nuestros hijos a estar sanamente tensos y a vivir la vida y no simplemente pasarla. Cada cual tiene sus intereses y gustos, pero difícilmente los padres podremos despertar aficiones si no tenemos las nuestras, siempre cuidando que no sean motivo para estar ausentes de la vida familiar.
¿Porqué algunos adolescentes beben hasta perder el conocimiento?
Una doctora del servicio de urgencias de un gran hospital me comentó el espectacular incremento de ingresos en fin de semana por coma etílico de adolescentes. Incluso me hablaba de casos de niños de doce y trece años.
Es verdad que hace años también los adolescentes bebían alcohol. Sin embargo las gran diferencia es que el alcohol era una "añadido" a fiestas y actos sociales, es cierto que a veces acababa en borracheras. Hoy en día muchos adolescentes beben de manera consciente hasta conseguir perder el conocimiento.
La gran pregunta que se deben hacer muchos padres es ¿por qué beben nuestros hijos? Puede haber diversas razones: para evadirse de la realidad, por qué no están contentos consigo mismo, porque ven una vida llena de problemas que les crea ansiedad o, en el caso especialmente de muchas chicas, para perder la vergüenza y el pudor y estar a la altura de lo que el grupo exige en lo relativo al sexo. Sin embargo estas razones corresponden con características propias de la adolescencia por lo que se puede pensar que el problema es que estos adolescentes no tienen herramientas para superar esas razones y por ello buscan salidas fáciles.
Son muchas las realidades que me planteo ante esta situación: un culto exacerbado a lo material, falta de exigencia en el estudio, demolición de la autoridad en la familia, la sexualidad considerada como mero consumo. El hombre occidental del siglo XXI ha alcanzado tal nivel de bienestar y desarrollo tecnológico que se cree dueño absoluto de la situación.
La prevención del alcoholismo, la drogadicción y la promiscuidad sexual pasa por recuperar el papel de los padres y profesores, del sentido de la autoridad, de la exigencia y la disciplina, de enseñarles a divertirse de formas más humanas, de ayudarles a descubrir su dignidad personal, etc. Esto sólo se consigue cuando se tienen valores por los que merece la pena vivir y luchar. Unos padres con valores y con la fortaleza para transmitirlos son parte fundamental.
Afortunadamente no todos los adolescentes dedican su tiempo libre a inhibirse y deshumanizarse sino que encuentran mucho sentido a la vida en la amistad, la entrega a los demás y a causas justas, al estudio o el trabajo responsable. Ese es el camino.
Efectivamente un horario estable y unas aficiones que llenen el tiempo libre ayudan a superar con éxito la etapa de la adolescencia y además crean hábitos que ayudarán en la maduración personal y a disfrutar de la vida. Pasar el tiempo, empezar algo y no acabarlo o pasarse el día tumbado genera una tendencia a la desmotivación y al abandono personal.
Por el contrario la exigencia cariñosa de los padres, la existencia de un horario y el fomento de aficiones ayuda a nuestros hijos a estar sanamente tensos y a vivir la vida y no simplemente pasarla. Cada cual tiene sus intereses y gustos, pero difícilmente los padres podremos despertar aficiones si no tenemos las nuestras, siempre cuidando que no sean motivo para estar ausentes de la vida familiar.
¿Porqué algunos adolescentes beben hasta perder el conocimiento?
Una doctora del servicio de urgencias de un gran hospital me comentó el espectacular incremento de ingresos en fin de semana por coma etílico de adolescentes. Incluso me hablaba de casos de niños de doce y trece años.
Es verdad que hace años también los adolescentes bebían alcohol. Sin embargo las gran diferencia es que el alcohol era una "añadido" a fiestas y actos sociales, es cierto que a veces acababa en borracheras. Hoy en día muchos adolescentes beben de manera consciente hasta conseguir perder el conocimiento.
La gran pregunta que se deben hacer muchos padres es ¿por qué beben nuestros hijos? Puede haber diversas razones: para evadirse de la realidad, por qué no están contentos consigo mismo, porque ven una vida llena de problemas que les crea ansiedad o, en el caso especialmente de muchas chicas, para perder la vergüenza y el pudor y estar a la altura de lo que el grupo exige en lo relativo al sexo. Sin embargo estas razones corresponden con características propias de la adolescencia por lo que se puede pensar que el problema es que estos adolescentes no tienen herramientas para superar esas razones y por ello buscan salidas fáciles.
Son muchas las realidades que me planteo ante esta situación: un culto exacerbado a lo material, falta de exigencia en el estudio, demolición de la autoridad en la familia, la sexualidad considerada como mero consumo. El hombre occidental del siglo XXI ha alcanzado tal nivel de bienestar y desarrollo tecnológico que se cree dueño absoluto de la situación.
La prevención del alcoholismo, la drogadicción y la promiscuidad sexual pasa por recuperar el papel de los padres y profesores, del sentido de la autoridad, de la exigencia y la disciplina, de enseñarles a divertirse de formas más humanas, de ayudarles a descubrir su dignidad personal, etc. Esto sólo se consigue cuando se tienen valores por los que merece la pena vivir y luchar. Unos padres con valores y con la fortaleza para transmitirlos son parte fundamental.
Afortunadamente no todos los adolescentes dedican su tiempo libre a inhibirse y deshumanizarse sino que encuentran mucho sentido a la vida en la amistad, la entrega a los demás y a causas justas, al estudio o el trabajo responsable. Ese es el camino.
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