lunes, 28 de marzo de 2011

Un ciego singular, simpático y de muchos pantalones que alcanzó la vista y la fe.

Pocos personajes son tan simpáticos, tan decididos y tan valientes como el ciego de nacimiento que Juan nos presenta en su cap. 9. Se trata de la ciudad de Jerusalén en los días en que ya los ánimos estaban caldeados y los fariseos intentaban a toda costa desaparecer a Jesús. Sintiendo que Jesús era la Luz del mundo, un día él vio pasar al ciego de nacimiento, y sin que el hombre se lo pidiera, se acercó a él, hizo un poco de lodo con su saliva, y frotando sus párpados le pidió que fuera a una piscina cercana para que se lavara. El ciego, acostumbrado a hacer lo que los demás le pedían, sin poder valerse por sí mismo, efectivamente fue a la piscina, se lavó y volvió con asombro ya curado para siempre, de su vista. Y ahí comenzó una serie de hechos que a otro menos templado lo habrían amedrentado y lo habrían hecho desistir de afirmar lo que Jesús hizo por él. Muchas veces a propios y extraños él tuvo que declarar “él me mandó, fui a la piscina, me lavé y comencé a ver”. Los mismos fariseos que se creían poseedores natos, legítimos y perpetuos de la religión judía, no podían admitir que Jesús hubiera curado a aquél hombre en día de sábado, sagrado para los judíos, o mejor para los fariseos. Pero ni ante ellos se amilanó, pues primero en serio y luego con mucha jocosidad declaró la verdad de los hechos. Había amenazas muy serias contra el que se decidiera a ser seguidor de Jesús. Y contrasta sobremanera la actitud valiente del que ya no era ciego, con sus padres que fueron llamados a declarar y lo único que pudieron decir fue que aquel hombre era su hijo, que había nacido ciego, pero que cómo hubiera podido adquirir la vista ellos ni les interesaba ni querían saber nada más. Pero el ciego fue creciendo en su conocimiento y en su aceptación de Jesús, porque al principio declaró “que aquél hombre” lo había curado, luego declaró “que era un profeta”. Y cuando ya los judíos lo habían declarado fuera de la sinagoga, expulsándolo de la comunidad, Cristo, como queriendo recompensar su valentía, se hizo nuevamente el encontradizo y lo interrogó: “crees tú en el Hijo de Dios”, y el hombre replicó con una gran sencillez: “¿y quién es para que yo crea en él?” a lo que Jesús le respondió: “Ya lo has visto, el que está hablando contigo, ése es”. Y vino un momento singular, pues por toda respuesta el hombre le dijo: “Creo, Señor” y a continuación se postró y lo adoró. Aquel hombre llegó a la madurez de la fe y confió en Cristo Jesús aunque eso le acarreara la salida de la sinagoga judía. Pero nosotros, hombres del siglo XXI es la hora del crecimiento en nuestra fe, es el momento de dejarnos pasar por listos creyendo que somos creyentes, cuando lo único que cumplimos son algunos de los mandamientos, pero nos quedamos muy lejos de lo que Cristo quiere, que nosotros seamos luz para los hombres con los que convivimos, con una vida de rectitud, de honradez, humildad y de servicio. Ha llegado el momento de dejarnos iluminar por Cristo llegando a la madurez de nuestra fe, diciendo en este día: “creo, Señor, pero aumenta mi fe”. Es bueno escuchar al Papa que nos dice: “El domingo del ciego de nacimiento presenta a Cristo como luz del mundo. El Evangelio nos interpela a cada uno de nosotros: « ¿Tú crees en el Hijo del hombre?». «Creo, Señor» (Jn 9, 35.38), afirma con alegría el ciego de nacimiento, dando voz a todo creyente. El milagro de la curación es el signo de que Cristo, junto con la vista, quiere abrir nuestra mirada interior, para que nuestra fe sea cada vez más profunda y podamos reconocer en él a nuestro único Salvador. Él ilumina todas las oscuridades de la vida y lleva al hombre a vivir como «hijo de la luz».

Papá, ¿me das un trago?

Andrés había esperado con ansias este momento: por fin sus papás tomaron el avión hacia el Caribe. Con dos semanas de antelación su mamá se lo había hecho saber. Ella y papá habían decidido tomarse una semana de vacaciones. Él se quedaría con sus hermanos en casa de los abuelos. Casa vacía… era la oportunidad perfecta. Mentirle a la abuela nunca fue difícil. Total, su mamá también lo hacía cuando no quería ir a visitarla… Ahora todo estaba planeado y listo. La fiesta sería el viernes en su casa y todos sus amigos estaban enterados. Más de 90 adolescentes fueron a su casa ese viernes. Música, tabaco y… cervezas, tequila, ron, whiskey, vodka, en fin, todo tipo de botellas que sus amigos se encargaron de conseguir. Andrés no desaprovechó la ocasión. Era su fiesta… tenía que hacerse notar. Las vacaciones en el Caribe para sus padres se acabaron pronto y dramáticamente. Esa misma noche recibieron una llamada urgente, pues Andrés había ido a parar al hospital por una terrible congestión alcohólica. La primera reacción de su mamá, envuelta en la desesperación del momento, fue hacer una pregunta retórica: “¿Pero cómo es posible, si Andy no toma…?” Ese era justamente el problema, que Andy quería dejar de ser Andy empinándose un par de botellas. Son muchos los padres de familia que todavía prohíben a sus hijos tomar alcohol hasta que cumplan la mayoría de edad. Piensan que por ser ilegal y peligroso, podría acarrear en el futuro problemas de alcoholismo a los adolescentes. Sin embargo, los padres de familia enseñan a sus hijos cómo andar en bicicleta, cómo nadar, cómo manejar. ¿Deberían también ellos enseñarles a sus hijos cómo tomar responsablemente? En una encuesta publicada en un artículo del The Wall Street Journal (en USA se puede tomar alcohol legalmente solo a los 21 años de edad) muestra que de entre 500,000 estudiantes de 12 a 20 años de edad, 70% de ellos tomaron alcohol en el último mes. Añade que, a comparación de la década de los 80´s, hoy los adolescentes toman menos alcohol, pero aquellos que hoy toman se emborrachan con más frecuencia. Los datos hablan por sí solos. ¿No será que los padres que crean un tabú sobre el alcohol en sus hijos se están equivocando? Tomar alcohol con los padres de familia en casa, de manera moderada y gradual, y en circunstancias y momentos propicios, puede enseñar a los adolescentes hábitos de responsabilidad en el consumo del alcohol. Por el contrario, cuando un adolescente ha sido reprimido en este sentido, normalmente tendrá la curiosidad sobrexcitada de saber cómo es su sabor y los efectos que produce el consumo de alcohol… Además, tenemos que reconocer que el mundo consumista y hedonista en el que vivimos, se ha encargado de darle al tema de la bebida un lugar importantísimo para la diversión y éxito de cualquier acto social. Estudiosos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest confirman que enseñar a los adolescentes a tomar en casa, puede eliminar en ellos la “novedad” y la “excitación” que provoca hacerlo con sus amigos por primera vez en una fiesta o en cualquier evento social. Un chico de 15 años que ha tomado de vez en cuando alguna cerveza con su papá, seguramente no entrará en el circulo de los “emocionados por la novedad” del alcohol, cuando hay una fiesta con sus amigos. La Organización Mundial de la Salud reportó que 1 de 10 tomadores ocasionales, entre los 15 y 16 años de edad, en algunos países de Europa, resultó intoxicado, comparado con casi la mitad en Norteamérica. Varios países europeos tienen la costumbre de consumir vino como una realidad ordinaria. Acompañar a los hijos en el moderado consumo del alcohol, a cierta edad y en circunstancias familiares especiales, les ayudará a ellos a darse cuenta que el vino es algo bueno y que el tomar es una actividad normal, que por sí misma no tiene nada que ver con “ser adulto” o “ser maduro”. Por último, habría que añadir que todo lo anteriormente dicho no sirve de nada si los padres no dan ejemplo de autocontrol y responsabilidad en este sentido. Los padres de familia tienen la sagrada tarea de formar a sus hijos y en el caso de la moderación en el alcohol como en muchos otros, el ejemplo siempre será lo más efectivo.

TU PUEDES, pensar en positivo

viernes, 25 de marzo de 2011

Los espacios verdes del alma




A un mes de las bajas temperaturas registradas en nuestro estado y de las consecuencias que nos han dejado se habla y me parece estupendo de ecología, quisiera yo decir algo del ecologismo espiritual, del que me parece, no suele hablarse tanto. Y que es más importante que el material. Porque es bueno que los hombres sobre todo los jóvenes estén recuperando el valor de la Naturaleza, que les preocupe la contaminación del medio ambiente, que luchen por los espacios verdes en estas asfixiantes ciudades que hemos construido. Pero creo que habría que pensar que nuestras almas padecen parecidas o más graves agresiones. Hay en el mundo de pronto una contaminación de nervios, de tensiones, de gritos que hace tan irrespirable la existencia como el aire. La gente vive devorada por la prisa; nadie sabe conversar sin discutir; nos atenazan los gases de la angustia y la incertidumbre; la gente necesita pastillas para dormir; a diario periódicos, radios, anuncios, televisores y computadoras talan despreocupadamente los árboles de los antiguos valores. Habría que explicarle a la gente que el alma necesita como las grandes ciudades de los parques y jardines, de los espacios verdes del espíritu. Y señalar que es necesario impedir que la especulación del suelo del alma termine por convertirla en inhabitable. Tendríamos, por ello, que ir descubriendo, señalando, algunos espacios verdes que urge respetar.
El primero aunque parezca ridículo es EL SUEÑO. La vida humana, con su alternancia de sueño y de vigilia está muy bien construida. Pero cuando se le desnivela con ingenuos trasnoches, pronto queda también mutilada la vigilia. Para estar bien despiertos, hace falta estar bien dormidos, Y se diría que muchos hombres pasan sus días sumergidos en una soñarrera por la simple razón de que no han dormido. Quien lo probó lo sabe: he vivido años con la obsesión de que robándole horas a la noche produciría más. Ahora sé que esas horas robadas se pagan al día siguiente, con el cansancio y la mediocridad.
El segundo gran espacio verde es EL OCIO. Yo odio la vagancia en la misma medida en que estimo el ocio creador. Y estoy convencido de que un mundo mejor no es aquel en el que consigamos más horas de trabajo, sino aquel en el que con menos horas de trabajo puedan conseguir todos mayor número de horas entregadas ha hacer por gusto y devoción aquello que, porque lo aman, les llena y les descansa a la vez.
Uno de los fallos más grandes de nuestra civilización es que sólo hemos enseñado dos cosas a los hombres: a trabajar y a perder el tiempo. ¿Y todo el infinito campo que queda entre las dos? ¿Y ese trabajo que no lo es del todo porque se hace por placer? ¿Y todas esas maneras de divertirse que nos enriquecen?
El hombre de hoy parece no conocer otros caminos que el de trabajar como un burro, aburrirse como un gato o saltar de tontería en tontería como un mosquito. Por eso aterra a tantos la jubilación: porque no saben hacer más que lo que siempre han hecho. ¡Con la infinidad de espacios verdes que quedan para el alma! Pienso ahora en las artes relajantes. Me refiero a todas esas otras formas de enriquecer el alma: el placer de oír música seria dejándola crecer dentro de nosotros en el silencio; el gusto por pintar; la maravilla de sentarse al aire libre, quizá bajo un árbol, a leer lentamente.
El tercer y quizá más hermoso espacio verde es LA AMISTAD. ¡Ningún tiempo más ganado que el que se pierde con un verdadero amigo! La charla sin prisa tal vez mientras delante se enfría un café, los viejos recuerdos que provocan la risa o quizá la sonrisa, el encuentro de dos almas ¡qué mayor enriquecimiento! Son sedantes que no tienen precio. Sí, esas visitas que siempre dejamos “para cuando tengamos tiempo” serian el mejor modo de aprovechar el que tenemos ¡Qué hermoso mundo en el que nadie mirara su reloj cuando se reúne con sus amigos! ¡Qué maravilla el día en que alguien venga a vernos y no sea para pedirnos algo, sino para estar con nosotros!
Y no quiero olvidarme de un magnífico espacio verde del alma que es LA ORACIÓN ¿Puedo hablar de ello? Pienso que tal vez algunos no creen o creen muy a medias. Pero aun a ellos yo me atrevería a pedirles ¡Cuánto más si son creyentes! Que experimenten por si mismos aunque sólo sea una vez lo que es la contemplación. “pero ¡eso es muy difícil! ¡Eso es para místicos” busquen algunos minutos al día de pausa cordial y mental para el encuentro con Dios “ si son creyentes o con las fuerzas positivas de su alma si creen que no los son. Allí, en el pozo del alma, alejándose de los ruidos del mundo, dejando por un rato de lado las preocupaciones que les agobian, intenten buscar su propia verdad. Que se pregunten quiénes son los que aman. Que se dejen amar. Que tomen por ejemplo, el Evangelio y esto tanto si son creyentes como si no lo son, que lean una frase, unas pocas líneas y las dejan calar dentro de sí, como la lluvia cae sobre la tierra. Que las repitan muchas veces hasta que las entiendan. Que permanezcan luego en silencio, dejándolas crecer dentro, chupando de ellas como si fueran una planta que necesitan desarrollarse. Así, sólo unos pocos minutos. Pero todos los días. Y Un día se encuentren milagrosamente florecidos.
Si, amigos, déjenme que se los repita… nuestra alma merece ser tan cuidada como el mundo…

¿Porqué algunos adolescentes beben hasta perder el conocimiento?'

Una de las mas significativas características de la adolescencia es el desbordamiento de la afectividad que lleva a constantes cambios de humor, falta de motivación, etc. La existencia de un horario y unas aficiones para templar y encauzar ese desbordamiento de lo afectivo es importante.

Efectivamente un horario estable y unas aficiones que llenen el tiempo libre ayudan a superar con éxito la etapa de la adolescencia y además crean hábitos que ayudarán en la maduración personal y a disfrutar de la vida. Pasar el tiempo, empezar algo y no acabarlo o pasarse el día tumbado genera una tendencia a la desmotivación y al abandono personal.

Por el contrario la exigencia cariñosa de los padres, la existencia de un horario y el fomento de aficiones ayuda a nuestros hijos a estar sanamente tensos y a vivir la vida y no simplemente pasarla. Cada cual tiene sus intereses y gustos, pero difícilmente los padres podremos despertar aficiones si no tenemos las nuestras, siempre cuidando que no sean motivo para estar ausentes de la vida familiar.


¿Porqué algunos adolescentes beben hasta perder el conocimiento?

Una doctora del servicio de urgencias de un gran hospital me comentó el espectacular incremento de ingresos en fin de semana por coma etílico de adolescentes. Incluso me hablaba de casos de niños de doce y trece años.

Es verdad que hace años también los adolescentes bebían alcohol. Sin embargo las gran diferencia es que el alcohol era una "añadido" a fiestas y actos sociales, es cierto que a veces acababa en borracheras. Hoy en día muchos adolescentes beben de manera consciente hasta conseguir perder el conocimiento.

La gran pregunta que se deben hacer muchos padres es ¿por qué beben nuestros hijos? Puede haber diversas razones: para evadirse de la realidad, por qué no están contentos consigo mismo, porque ven una vida llena de problemas que les crea ansiedad o, en el caso especialmente de muchas chicas, para perder la vergüenza y el pudor y estar a la altura de lo que el grupo exige en lo relativo al sexo. Sin embargo estas razones corresponden con características propias de la adolescencia por lo que se puede pensar que el problema es que estos adolescentes no tienen herramientas para superar esas razones y por ello buscan salidas fáciles.

Son muchas las realidades que me planteo ante esta situación: un culto exacerbado a lo material, falta de exigencia en el estudio, demolición de la autoridad en la familia, la sexualidad considerada como mero consumo. El hombre occidental del siglo XXI ha alcanzado tal nivel de bienestar y desarrollo tecnológico que se cree dueño absoluto de la situación.

La prevención del alcoholismo, la drogadicción y la promiscuidad sexual pasa por recuperar el papel de los padres y profesores, del sentido de la autoridad, de la exigencia y la disciplina, de enseñarles a divertirse de formas más humanas, de ayudarles a descubrir su dignidad personal, etc. Esto sólo se consigue cuando se tienen valores por los que merece la pena vivir y luchar. Unos padres con valores y con la fortaleza para transmitirlos son parte fundamental.

Afortunadamente no todos los adolescentes dedican su tiempo libre a inhibirse y deshumanizarse sino que encuentran mucho sentido a la vida en la amistad, la entrega a los demás y a causas justas, al estudio o el trabajo responsable. Ese es el camino.

martes, 22 de marzo de 2011

EL MENSAJE SOCIAL DE MARÍA - EL SANTO ROSARIO


EL SANTO ROSARIO MEDITADO

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Abre, Señor mis labios,

Y mi boca proclamará tu alabanza.



Acto de contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente confesarme a su tiempo. Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Y confío en que por tu bondad y misericordia infinita, me los perdonarás y me darás la gracia para no volver a ofenderte. Amén.



Cada misterio se integra con un Padre nuestro, diez Aves Marías un Gloria y una jaculatoria mariana.



MISTERIOS GOZOSOS


PRIMER MISTERIO

LA ANUNCIACIÓN A LA VIRGEN MARÍA



En un mundo donde todos quieren imponer la propia voluntad a los demás, en un mundo donde el más fuerte se impone sobre todos los demás, en un mundo donde los hombres le imponen la maternidad a las mujeres sin pedirles siquiera su consentimiento, tú Señor Dios, te acercaste a la criatura, a María, para proponerle, para pedirle, para suplicarle casi, que se dignara ser la Madre de tu Hijo. Fue la gran lección para todos los hombres. No es la ley del más fuerte, no es la ley del que más tiene, no es la ley del poderoso lo que debe impulsar la marcha de nuestro mundo, sino la ley del amor, del servicio, de la solidaridad, del mirar los demás como mi propio hermano. Gracias, nuestro Buen Padre Dios, por haber puesto en el corazón y en los labios de María, aquellas benditas palabras: “Hágase en mí según tu Palabra”.



SEGUNDO MISTERIO

LA VISITA DE MARÍA A SU PRIMA ISABEL



La primera vez que tu Hijo hizo su aparición pública, aún estaba en el seno de su Madre y aún así quiso salir al encuentro de aquella mujer que necesitaba de ayuda por su edad y por estar esperando a quien sería Juan el Bautista. Él se sirvió de su Madre para llevar la presencia del Espíritu Santo a otra criatura que aún estaba en el seno de su propia madre. Y así se dio un abrazo entre dos mujeres felices de su maternidad. Hoy cuando muchos sectores de nuestra población reniegan de la vida humana y tratan de hacerla difícil con una legislación en contra, concede a todas las mujeres que comprendan que su maternidad es lo mejor que le puede pasar a una mujer, y que la vida humana merece ser defendida y custodiada con fe y con todas fuerzas y la capacidad de que nos has dotado.



TERCER MISTERIO

EL NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS



¡Mira qué original manera escogieron los hombres para hacer nacer de entre ellos a tu Hijo, entre los pobres, los menesterosos, los pastores! Ellos no lo sabían, no sabían que tu Hijo preferiría siempre las casas de los pobres de los desposeídos, de aquellos a los que la vida les niega todo, y por eso escogieron para él, el lugar más humilde y despreciable, como queriendo arroparlo ya desde entonces con su pobreza y su desamparo, para sentir en tu Hijo, al hermano, al protector, al amigo, al Pastor, al que es Puerta de Salvación, sencillamente a tu Hijo para que todos fuéramos hermanos en él. Gracias, Oh Padre, porque permitiste que tu Hijo conociera la pobreza y la desventura, para sentirnos todos amados en él, que puede acoger a todos los que sufren y buscan caminos de Salvación.



CUARTO MISTERIO

JESÚS ES PRESENTADO AL TEMPLO DE JERUSALÉN POR MARÍA Y JOSÉ



Nosotros rodeamos el Cuerpo de tu Hijo Jesucristo en nuestros altares, con un sol de oro y rayos de plata para exponerlo a la adoración de las gentes. Nos parece que es la forma más atinada de dar gloria a tu Hijo Jesucristo. Con esa custodia, paseamos a tu Hijo por nuestros templos y nuestras plazas. Pero la primera procesión Eucarística no fue entre rayos de oro sino en las cálidas y arropadoras manos de la Virgen María, y su vestidura era la sencilla ropa de lana de los pobres y los humildes, tejida en la propia casa. Así fue presentado tu Hijo al Templo de Jerusalén y así cumplió su Madre los ritos de su pueblo y de su fe. Hoy cuando consideramos de poco valor el que los niños sean conducidos a tu Iglesia, a la oración, y a los sacramentos, concede a los padres de familia una nueva visión de fe que haga que los hijos, los pequeños y los jóvenes, lleguen a considerar como el más rico tesoro encontrarse a tu Hijo en la Iglesia, comunidad de todos los creyentes hacia ti nuestro Dios y nuestro Padre.



QUINTO MISTERIO.

EL NIÑO JESÚS PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO



Cuando después de aquellos días angustiosos en que los padres de Jesús pudieron encontrarlo por fin en el templo de Jerusalén, hubo una conversación por demás interesante entre María y Jesús, de doce años en ese tiempo. “¿Porqué nos has hecho esto? ¿Porqué no nos avisaste que te quedarías un poco más en la ciudad de tus Antepasados?”, dijo María. Y la respuesta de Cristo fue la de un auténtico adolescente: “¿Qué no sabían que debo de ocuparme en las cosas de mi Padre?”. Sin embargo, aunque hizo sentir la tensión entre las obligaciones hacia su Padre y las que tenía como todo hijo de familia, regresó a su casa y a sus padres, a los que vivió sujeto hasta los treinta años de su vida. Hoy, como en toda época, se vive una gran tensión entre los adolescentes que no acaban de aceptar sus obligaciones en su familia, en su escuela o en su trabajo, en su patria y con su cuerpo y su propia sexualidad. Y los padres no acaban de comprender el cambio sustancial que se obra en el cuerpo y en la mente de los adolescentes. Señor Dios, dales a unos y a otros, un espíritu de fe, para que en la unidad de la familia, podamos pensar en una patria más sólida, más fraterna, más cristiana y más justa, y más cercana también al corazón de tu Madre, María, la Virgen de Guadalupe.



MISTERIOS DOLOROSOS


PRIMER MISTERIO

LA ORACIÓN DE JESÚS EN EL HUERTO



El trago amargo de su pasión y de su muerte, comenzó a experimentarla Cristo Jesús en el huerto de Getsemani al que había ido a orar. Muchas veces Jesús oraba en el silencio de la noche o entre los cantos de los pájaros en la madrugada. Pero esta vez su oración era especial. Se enfrentaba a su muerte, y como hombre se conmovía hasta sus entrañas. Quería huir pero el deber lo llamaba. Quería alejarse pero su amor a su Padre lo retenía ahí. Quería escapar, pero su amor a los hombres lo empujaba a la entrega. Y se quedó. Sudando gruesas gotas de sangre, puso sus manos para ser hecho prisionero, en medio de una gran serenidad y una gran fuerza interior que había adquirido de aquél largo momento de oración. Hoy los hombres queremos huir de la responsabilidad, del deber, del compromiso en la familia, en la escuela, en la sociedad, en el trabajo. Somos hombres en estampida. Ayúdanos, Señor Dios, para que lejos de huir, sepamos colaborar para que nuestro mundo sea más solidario, más humano, más cristiano, y que la serenidad para encontrarnos con nuestros deberes, sea fruto de nuestra oración confiada, en ti nuestro Dios y nuestro Padre.



SEGUNDO MISTERIO

JESÚS ES FLAGELADO EN LA COLUMNA



¿Por qué tanto tormento? ¿Porque tanta saña y contra aquél en quien no habían encontrado nada de qué acusarle porque nunca le hizo mal a nadie? ¿Porqué atormentar al que lo único que hizo fue hacer el bien a los pobres, a los desheredados, a los que habían caído en la enfermedad y en el aislamiento, para volverles a la comunidad de los hombres? ¿Porqué golpear al que supo declararse defensor de los más golpeados en el mundo, las prostitutas, los leprosos, los pobres, las viudas y los niños? Hoy sigue habiendo pobres y desheredados, condenados a cárceles porque la justicia se hizo para otras gentes pero no para ellos. Condenados a dejar casa y patria y madre y hermanos porque la propia tierra no puede sostenerles. Condenados no ya por la enfermedad misma como los enfermos de SIDA, sino al abandono despiadado en clínicas aisladas de todo y de todos. Señor, que nosotros mismos no condenemos a la flagelación a otros tantos de nuestros hermanos, sino que podamos ponernos del lado de la justicia, de la verdad y la caridad.



TERCER MISTERIO

JESÚS ES CORONADO DE ESPINAS



Desde el momento de su condenación, Cristo Jesús estuvo sujeto a las burlas de la chusma y de los soldados desprovistos de toda compasión humana. Así, se dieron el lujo de coronarlo pero de espinas que producían dolores intensos y un inútil derramamiento de sangre. ¿Quién podía reclamar por él? ¿Quién podría meter las manos por él si todos querían su pronta desaparición y los suyos ya no estaban ahí para defenderle? Hoy también seguimos coronando de espinas a los trabajadores y obreros que tienen que sufrir sueldos de hambre y son despedidos como trastos viejos cuando ya han dado todo lo que podían a las empresas cuyo capital se ve acrecentado con la sangre de los pobres obreros y empleados. Señor, que ya no causemos más dolor al corazón de tu Madre, al seguir imponiendo coronas de espinas a los hombres nuestros hermanos.



CUARTO MISTERIO

JESÚS ES CARGADO CON LA CRUZ



Jesús llegó a ser todo un espectáculo. Las gentes lo habían visto enseñando en el templo, curando a los enfermos, alentando a todo mundo, a los desarrapados, a los excomulgados de su religión. Lo había visto entrar triunfalmente a Jerusalén, pero aún les faltaba otro aspecto de Jesús. Traicionado por los suyos, abandonado de los más cercanos, una piltrafa humana, cargando el instrumento de los más abominables de los hombres, una cruz sobre sus hombros ya de por sí llagados por los azotes del día anterior. Los hombres siguen imponiendo cruces sobre sus hermanos los hombres cuando los explotan, les compran sus productos naturales a muy bajo precio, y luego les venden sus productos elaborados a tan altos precios que no los pueden comprar. Les imponen pesadas cruces cuando pasan por sus territorios sacando el preciado petróleo, aunque el medio natural quede inservible: los ríos, los lagos, el subsuelo, que además se ve contaminado con productos y deshechos de materiales altamente peligrosos para la salud humana, para los niños y los jóvenes. Señor, ayúdanos a no imponer cruces de vergüenza y de mentira a los hombres que sufren en carne propia la condenación de sus propios hermanos.



QUINTO MISTERIO

JESÚS MUERE EN LA CRUZ



Muchas gentes se alegraron de ver a Cristo Jesús muerto en la cruz. Al fin de habían librado de esa pesadilla, de esa piedra dolorosa en el zapato. Se habían quitado de una vez por todas ese tremendo dolor de cabeza. Ya sus intereses económicos no se verían menguados, ni su posición social se vería mermada. Podrían seguir mermando con la ignorancia de las gentes, aprovechándose de su fe y de su simpleza, riéndose internamente de su entrega y de su generosidad. Cristo estaba muerto. Ya no pronunciaría palabra. Ya no podría defender a nadie más. Hoy la Iglesia sigue siendo condenada a callar, mientras las naciones aprueban todo lo que es condenable. Abortos, muchos abortos, libertad de aborto. Muerte por todos lados. Muerte a la humanidad. Muerte a los inocentes. Muerte a los ancianos. Muerte, guerra a los inocentes. Señor, que tu Iglesia, aunque tenga que llegar al martirio, no se canse de gritar a todo mundo, que la vida es sagrada y que tú Oh Padre, no te alegraste con la muerte de tu Hijo Jesucristo.



MISTERIOS GLORIOSOS


PRIMER MISTERIO

LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR.



La vida de Cristo fue un acercamiento del cielo a la tierra. Un hacer llegar el Reino de Dios hasta los hombres. Con su llegada, se instaura el Reino de paz, de verdad, de amor y de justicia. Cristo comienza a repartir a manos llenas los dones del Padre. No hubo descanso para él. Todo él se debía a las gentes, a los hombres, al mundo. Fue un volcarse de la Gracia y del Amor. Pero los grandes, los poderosos, los que ostentaban la exclusiva de la salvación y de la fe del pueblo, no creían en él, y por eso se dieron prisa para quitarlo de en medio. Y lo mataron. Pero el Padre Dios salió en su defensa, y tal como Cristo lo había dicho, él lo resucita al tercer día y confirma entonces toda la vida, las señales, las profecías en torno a su Hijo Jesucristo. Señor Dios, concédenos que tus hijos visitemos las casas, los lugares de trabajo, los hospitales y las cárceles de nuestros prójimos, como el camino natural hacia ti, el Padre de todos los hombres, para llevarles el consuelo de la esperanza y la luz de la resurrección de tu Hijo Jesucristo.



SEGUNDO MISTERIO

LA ASCENCIÓN DE CRISTO A LOS CIELOS



Nadie asistió al momento de la Resurrección de Cristo, pero el testimonio de todos los que lo vieron, nos hace exclamar llenos de gozo y de alegría, porque después de acabar de instruir a sus apóstoles fue llamado para subir y sentarse a la diestra de Dios Padre, como cabeza de toda la humanidad, esperando el regreso de todos los hombres marcados para la salvación. Las puertas ya están abiertas para nosotros, pero los hombres se resisten a entrar y no dejan que otros entren. Señor Dios, concédenos que de tal manera organicemos nuestra sociedad, que a nadie se le impida vivir en la verdad, que a nadie se le niegue la oportunidad de vivir y que a todos se les brinde la oportunidad de encontrar la salvación en la Iglesia fundada por tu Hijo Jesucristo y algún día podamos descubrirnos como la gran familia de los hijos de Dios que ha triunfado de la mentira, el engaño, la injusticia y la muerte.



TERCER MISTERIO

LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO SOBRE MARÍA Y LOS APÓSTOLES



El Espíritu Santo fue el compañero inseparable de Cristo Jesús desde su Encarnación en el seno de María la Inmaculada. Él hizo posible su aparición en este mundo. Lo hizo crecer entre los hombres y lo lanzó a la aventura de conquistar a todos los hombres para el corazón de nuestro Dios. Lo acompañó hasta lo alto de la cruz, y con el Padre, lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a la derecha del Padre. Cristo Jesús lo infundió a la vez en los apóstoles el mismo día de la Resurrección, pero en atención a todos los hombres, lo hizo aparecer visiblemente a los apóstoles que se convirtieron en intrépidos defensores de la fe y del amor. Señor Dios, los hombres necesitamos con urgencia del Espíritu de tu Hijo, porque hemos perdido el lenguaje del amor, de la verdad y de la justicia. No nos amamos, vivimos engañados, en la mentira y el error y nos mordemos unos a otros. El mundo lo necesita. Cristo Jesús, ven con tu Espíritu Santo y desde tu Eucaristía, sigue conquistando al mundo para nuestro Buen Padre Dios.



CUARTO MISTERIO

LA ASUNCIÓN DE MARÍA A LOS CIELOS.



María no solo fue la Madre de Cristo Jesús. Fue su amiga, su consejera, su maestra, y su compañera. Se dice que un día se despidió de su Hijo porque él tenía que marcharse a la aventura de conquistar a todos los hombres para el corazón de nuestro Dios. Pero en el fondo ella no podía despedirse porque no tenía otro cometido en el mundo sino su Hijo ni otra alegría que estar con él. Por eso, a distancia, sin llamar la atención, escuchaba y escuchaba la Palabra de su Hijo, hasta ganarse el título de primera creyente en la fe, comprometida con la salvación de todos los que creerían en su Hijo, y por eso, después de su paso por este mundo, fue llamada en cuerpo y alma a los cielos. También nosotros necesitamos hoy, Oh Señor, mujeres de fe, que lo empeñen todo por conseguir la salvación de sus hijos, entregándoles el rico tesoro de la fe y el testimonio de una vida de entrega y de generosidad que haga este mundo respirable, amable, humano y cristiano, todos en camino de amor, de verdad y de servicio. Que María sea siempre faro de luz y de inspiración para nuestras mujeres y para nuestra sociedad.



QUINTO MISTERIO

LA CORONACIÓN DE MARÍA COMO SEÑORA DE TODO LO CREADO.



A María la llamamos Señora. Y la llamamos Madre, porque ella nos dio al Salvador. Y todos los pintores que han sido grandes, han plasmado en sus lienzos el momento indescriptible en que María fue coronada como Señora de todos los cielos y de todos los ángeles. Bien que se lo merecía ella, porque no le negó nunca nada a su Hijo Jesús. Fue toda para él. De ella, Jesús aprendió tantas lecciones de chico y de muchacho, que en su vida y en sus palabras, Cristo fue reflejando los mensajes de María y de José su padre en adopción. Cristo aprendió en la casita de Nazaret a ser luz, a ser sal, a ser puerta, a ser pastor, a ser vida, a ser entrega y a ser generosidad y nos pide hacer nosotros lo mismo en nuestro mundo. Por eso te damos gracias, Señor Dios, y te alabamos por la Madre de tu Hijo y pedimos que ella siga siendo en la Iglesia la primera creyente, la primera mujer de fe y a imitación suya, los cristianos podamos ser luz, y vida y sal de verdad en nuestro mundo.



MISTERIOS LUMINOSOS


PRIMER MISTERIO

EL BAUTISMO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO



Si sabemos que el Bautismo nos acerca al Dios del amor, nos hace hijos suyos, nos incorpora a su Iglesia y quita de nosotros toda mancha de pecado, es lógico que nosotros nos preguntemos. Si Jesús ya era Hijo de Dios desde siempre, si no tenía ningún pecado, y si vivía siempre en la presencia del Padre, ¿Por qué se hizo bautizar? Ciertamente el bautismo de Juan no le agregó nada a Jesús, pero fue la gran oportunidad para que el Buen Padre Dios bajara a hacer visible al Espíritu Santo de Dios y a presentar solemnemente a los hombres a Cristo como su Hijo: “Éste es mi Hijo amado en quien tengo todas mis complacencias”. Y desde entonces es a él a quien debemos escuchar, amar, seguir e imitar. Sólo en él estará la salvación. Concédenos Señor, que tengamos un gran amor a ese sacramento bendito del Bautismo del que nos han venido todas las gracias y concede que ese mismo sacramento se convierta en una fuente de vida que nos haga servidores entre nuestros hermanos, intrépidos defensores de la vida humana y los primeros en dar la mano a otros hombres de buena voluntad y transformar este mundo salvaje, mentiroso y despiadado en un mundo de amor, de paz, de verdad y de consuelo en donde sintamos que tu Reino de amor ya está entre nosotros.



SEGUNDO MISTERIO

CRISTO JESÚS EN LAS BODAS DE CANÁ SE MANIFIESTA COMO EL HIJO DE DIOS.



Cristo Inaugura su vida pública prácticamente en la fiesta de unas bodas de muchachos pobres, de pueblo, pero que tuvieron la dicha de invitar a María y también a Jesús. Qué alegría se sintió en esa boda de rancho, que será recordada por siempre en todos los lugares, porque ahí Jesús sacó del apuro a los nuevos esposos transformando su agua en vino y su alegría humana en alegría divina. Ahí anticipó Cristo su manifestación como salvador de todos los hombres, por cierto a invitación de María: “Hijo, estos muchachos ya no tienen vino”. Y quién ¿Quién se podría resistir a la sugerencia de aquella mujer que le dio el ser a Cristo? Hoy necesitamos ese vino de la alegría, del amor, del servicio entre los hombres y necesitamos la alegría del amor cristiano entre los jóvenes que comienzan su vida matrimonial. ¡No los dejes solos, Señor, te necesitan tanto! Concédeles que se amen entrañablemente, que nunca se cierren a la vida, que nunca tengan que destruir con sus propias manos una vida y que puedan ofrecerse de tal manera por la salvación de nuestro mundo, que pronto tengamos ya una pareja de santos, en los altares, que podamos poner como ejemplo a seguir para todos los jóvenes de hoy y de siempre.



TERCER MISTERIO

CRISTO ANUNCIA EL REINO DE DIOS Y NOS INVITA A LA SALVACION



Cada día, en esa oración que Cristo enseñó a los Apóstoles, está metidita una petición que nos pasa desapercibida, una petición singular: “Venga a nosotros tu Reino”, juntamente las otras que miran a la gloria de Dios, Santificado sea tu nombre y hágase tu Voluntad en la tierra como en el cielo. Pero viéndolo bien, los destinatarios o los usufructuarios seremos los hombres, porque el Reino de Dios es vida, es alegría, es entrega, es generosidad, es verdad, es justicia, es amor, es entrega, aunque también hay que decirlo, es cruz y es donación de la propia vida, en unión con Cristo Jesús. A nosotros nos hace falta ese Reino. Ya Cristo lo ha instaurado entre nosotros y nos dio la prueba de cómo hacerlo presente. Y nos invita a vivir ya en ese Reino. Fue la última recomendación de Cristo a los suyos: “Vayan, enseñen, evangelicen, celebren con ellos mi presencia, pero también háganles vivir de la forma que yo les he enseñado a ustedes. Concede Señor a todos tus hijos, ser mensajeros, portadores y testigos de tu Evangelio y de tu Reino.



CUARTO MISTERIO

CRISTO SE TRANSFIGURA DELANTE DE SUS APÓSTOLES



Todos los apóstoles fueron llamados personalmente por Jesús, uno a uno a ser sus seguidores. Y todos lo siguieron complacidos confiados en su mirada bondadosa pero que inspiraba seguridad y confianza. No quiso ocultarles que su seguimiento sería doloroso y que no ofrecía nada para esta vida. Pero era tan grande lo que les proponía, que había necesidad de prevenirles, mostrándoles aunque fue por un instante, quién era él en el fondo. Por eso un día, en lo alto de una montaña, en el silencio de la oración, se deja ver luminoso, radiante, resplandeciente, acompañado de dos grandes personajes de siglos atrás. Y cuando él murió, cuando todos corrían a esconderse, Pedro relataría lo que captó ese día y animaría al resto de los apóstoles a no correr, a quedarse, porque Cristo cumpliría su promesa de volver, de resucitar y congregar a todos los suyos en un solo pueblo. Hoy los cristianos necesitamos transfigurarnos delante de nuestro mundo, mostrándonos partidarios de la verdad, nunca de la mentira y del engaño, partidarios del amor y no tanto de una sexualidad en la que lo que menos está presente es el amor, y partidarios de un servicio de unos para con los otros, que haga presente entre nosotros a Cristo Jesús partido y repartido entre todos los hombres.



QUINTO MISTERIO

CRISTO INSTITUYE LA EUCARISTÍA PARA BIEN DE TODOS LOS HOMBRES.



Cuando amamos queremos quedarnos para siempre. Y cuando tenemos que alejarnos, queremos dejar algo que nos haga presentes entre los que amamos, una flor, un disco, un retrato, una foto. Cristo nos amó de tal manera que cuando se llegaba el momento de separarse de nosotros, mejor se quedó él mismo entre los suyos. Y lo hizo de una manera tan original y tan sencilla que a nosotros no se nos hubiera ocurrido otra cosa mejor, se quedó en un poco de pan y un poco de vino. No quiso escoger el pastel de días de fiesta porque éste llega a hastiar, en cambio el pan sencillo de todos los días siempre se antoja. Y ahora debemos pedir ese pan, el pan cotidiano, para todos los hombres, para todas las naciones, porque en muchos lugares escasea, no porque la tierra sea avara sino porque los hombres arrebatamos a otros el pan para sus bocas. Pero tenemos que pedir el pan eucarístico que nutre, vitamina y apacienta hasta hacernos entrar en otra vida, anticipadamente, la vida que viviremos cerca de nuestro Buen Padre Dios. Ven Señor, Jesús, quédate en nuestros altares y socórrenos con muchas vocaciones sacerdotales que siempre te hagan presente entre los hombres de buena voluntad.



AL FINAL DE LOS CINCO MISTERIOS CADA DÍA:

Padre nuestro…



Dios te salve María, Hija de Dios Padre, tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia…



Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia…



Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia…



Dios te salve María, templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa original.



Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra: Dios te salve. A ti llamamos los desterrados los desterrados hijos de Eva: a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea, pues!, Señora y abogada nuestra: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús: fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, Oh piadosa, oh dulce Virgen María!, ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo.



Amén.



LETANÍAS LAURETANAS



Las letanías lauretanas se llaman así porque tuvieron su origen hacia el 1500 en el Santuario de Loreto y han sido muy recomendadas por los Papas.




-Señor, ten misericordia de nosotros, SE REPITE
-Cristo, ten misericordia de nosotros,
-Señor, ten misericordia de nosotros,
-Cristo óyenos,
-Cristo escúchanos,
Se repite

-Dios, Padre celestial, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS
-Dios Hijo, Redentor del mundo,
-Dios Espíritu Santo,
-Trinidad santa, un solo Dios,
Ten misericordia de nosotros.

-Santa María, RUEGA POR NOSOTROS
-Santa Madre de Dios,
-Santa Virgen de las vírgenes,
-Madre de Cristo,
- Madre de la Iglesia,
-Madre de la divina gracia,
-Madre purísima,
-Madre castísima,
-Madre virgen,
-Madre sin mancha de pecado,
-Madre inmaculada,
-Madre amable,
-Madre admirable,
-Madre del buen consejo,
-Madre del Creador,
-Madre del Salvador,
-Virgen prudentísima,
-Virgen digna de veneración,
-Virgen digna de alabanza,
-Virgen poderosa,
-Virgen clemente,
-Virgen fiel,
-Espejo de justicia,
-Trono de sabiduría,
-Causa de nuestra alegría,
-Vaso espiritual,
-Vaso digno de honor,
-Vaso insigne de devoción,
-Rosa mística,
-Torre de David,
-Torre de marfil,
-Casa de oro,
-Arca de la Alianza,
-Puerta del cielo,
-Estrella de la mañana,
-Salud de los enfermos,
-Refugio de los pecadores,
-Consuelo de los afligidos,
-Auxilio de los cristianos,
-Reina de los ángeles,
-Reina de los patriarcas,
-Reina de los profetas,
-Reina de los apóstoles,
-Reina de los mártires,
-Reina de los confesores,
-Reina de las vírgenes,
-Reina de todos los santos,
-Reina concebida sin pecado original,
-Reina elevada al cielo,
-Reina del Santísimo Rosario,
-Reina de la familia,
-Reina de la paz,

-Reina de la América Latina.
Ruega por nosotros.

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos, Señor.

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos Señor.

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.

-Jesús, óyenos. SE REPITE
-Jesús, escúchanos


Bajo tu protección. Nos acogemos bajo tu protección, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestra necesidad, antes bien, sálvanos siempre de todos los peligros Virgen gloriosa y bendita.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios



R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración. Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

¡UN VASO DE AGUA PARA LA TRAVESÍA DEL DESIERTO DE LA VIDA Y DEL MUNDO!

Para los que se imaginan a un Cristo supermán, lejano y mirando desde arriba a los mortales, hoy San Juan nos presenta a un Cristo cansado, sediento, que tiene que sentarse en el brocal de un pozo, esperando quién le socorra para saciar su sed. Pero aunque pedirá agua para saciar su sed física, ya tiene otra agua que ofrecerá a quien se compadezca de él. Y fue una mujer. Ella pudo cambiar su vida en atención al trago de agua que pudo darle. El hecho ocurrió cuando Cristo pasaba por Samaria, una tierra entre Galilea al norte y Judea al sur, y aunque sus moradores eran de la misma raza que los judíos, desde cinco siglos antes eran considerados enemigos, porque habían tenido dioses paganos y habían edificado un templo en Garisim, con un culto entre pagano y judío, que era la competencia del templo en Jerusalén. En su conversación con la mujer, Cristo tendría que romper muchas barreras, pero ante todas ellas se mostró espléndidamente libre. En primer lugar, estaba la dualidad de religión, pues aquella mujer era marcadamente nacionalista y consideraba a los judíos como sus enemigos. Luego, la segunda barrera a vencer era la del culto, pues ella consideraba el único lugar para adorar a Dios, el suyo, contra los judíos que afirmaban que era Jerusalén y finalmente, otra barrera a vencer era el hecho mismo de que ella era mujer y él era hombre.
Cuando pide de beber a la mujer, ella se muestra reacia, renuente, pero Cristo va de tal manera llevando las cosas, que al final ella le pide el agua que Cristo ofrece y que es una agua límpida, cristalina, espiritual, que no se parece en nada al agua batida de aquel pozo donde bebían por igual los hombres y los animales. Cristo le habla de un agua que se convierte en el interior del hombre en un manantial de agua viva capaz de dar la vida eterna a quien se la pida. Las cosas llegaron a tanto, que aquella mujer, convencida de la veracidad de Cristo, cuando éste la invita a despojarse de su falsa modestia, ella, descubierta, en lugar de avergonzarse, va corriendo a anunciarle a su pueblo que por fin había encontrado a alguien que le hablara con la verdad y todo el pueblo en masa, vino a ver a Jesús, lo oyeron y le dijeron a la mujer que ya no creían por lo que ella les había dicho sino porque ahora ellos mismos habían encontrado a Jesús.
Hoy, para nosotros, en este desierto y en la aridez de nuestro mundo, sediento de verdad, de justicia y de amor, Cristo se sigue acercando a cada uno de nosotros y nos sigue invitando a socorrerle, “dame de beber” y desde lo alto de la cruz sigue apremiándonos: “Tengo sed”. Solo nosotros podremos socorrerle y así, dejaremos de considerar nuestro culto y nuestros sacramentos sólo como oportunidades para fiestas, para borracheras, para ostentación y despilfarro, convirtiéndonos en verdaderos adoradores del Padre “en espíritu y en verdad”, considerando a nuestra Iglesia el pozo donde podremos saciar nuestra sed de vida, de eternidad y de perdón.
El Papa en su mensaje para esta cuaresma, resume encantadoramente el mensaje: La petición de Jesús a la samaritana: «Dame de beber» (Jn 4, 7), que se lee en la liturgia del tercer domingo, expresa la pasión de Dios por todo hombre y quiere suscitar en nuestro corazón el deseo del don del «agua que brota para vida eterna» (v. 14): es el don del Espíritu Santo, que hace de los cristianos «adoradores verdaderos» capaces de orar al Padre «en espíritu y en verdad» (v. 23). ¡Sólo esta agua puede apagar nuestra sed de bien, de verdad y de belleza! Sólo esta agua, que nos da el Hijo, irriga los desiertos del alma inquieta e insatisfecha, «hasta que descanse en Dios», según las célebres palabras de san Agustín.

jueves, 17 de marzo de 2011

La Cuaresma ha llegado

En el Evangelio de hoy... primer domingo de Cuaresma se nos recuerda que Jesús siendo de condición divina ha querido hacerse perfecto hombre y enseñarnos cómo resistir a las tentaciones y sobreponernos a las diferentes pruebas de la vida.
Ha enfrentado, como cada uno de nosotros, verdaderas tentaciones… y aunque el tentador era pecaminoso, el tentado era inocente y su inocencia nos ha dado ejemplo de virtud a los hombres.
Hablemos de nuestras tentaciones, pero antes, marquemos las diferencias entre las tentaciones y las pruebas. Se parecen tanto pero son tan distintas.
La prueba te hace crecer y la tentación busca destruirte, la prueba se presenta como algo sumamente difícil, la tentación suele presentarse como algo muy atractivo; la prueba busca mantenerte en el camino aun cuando ocasional o permanentemente sea difícil el caminar y la tentación te presente otras alternativas de caminos sin complicaciones pero que desvivan a las personas, la prueba viene de Dios, o por lo menos es permitida por Él y la tentación viene del maligno.
La tentación es aquella realidad, que te hace ver como real solamente lo que en ese momento te incita o te excita y en donde todo lo demás es desplazado al ámbito de lo irreal. ¿No lo quieres creer? Mira a tu alrededor y fíjate como para aquel que vive envuelto en los placeres o sumergido en el alcohol o en las drogas, ni la propia familia le es real, ni su salud ni su vida misma, ni siquiera Dios; solamente alcanza a contemplar como real aquello que en ese momento le está resultando atractivo y que le está destruyendo.
¿Y cuáles son nuestras tentaciones? Hoy las tentaciones simulan tener otros rostros, otros nombres y hasta otros apellidos, pero siguen siendo las tres mismas tentaciones de la antigüedad. El placer, el Tener y el Poder.(una palabra adicional sobre cada una de las tentaciones.) El tener nos provoca que olvidemos los valores, las personas y la propia vida. Hoy, en nuestra sociedad se habla del hombre de éxito midiéndolo siempre con parámetros monetarios.
El placer se manifiesta en el carnaval de la vida con muchos y muy variados antifaces: la droga, el alcohol, el erotismo, la sexualidad… el hombre de hoy parece que no se ha dado cuenta de que no existe nada como llevar una vida ordenada.
El poder nos deslumbra a las personas y va provocando que el rostro del hermano, del familiar y del amigo vaya desapareciendo de nuestro horizonte. Esta tentación suele recurrir constantemente al chantaje de las personas. al manipuleo deshonesto para no perder el dominio sobre los demás.
El tiempo de la Cuaresma es una oportunidad para que verifiquemos si nuestro proyecto corresponde verdaderamente al de Dios. La conversión a la que se nos invita no es otra cosa, sino el darle la espalda a nuestros proyectos, para así apuntar en dirección del proyecto original trazado sobre nuestra vida.
El Evangelio nos invita a superar nuestras propias tentaciones, a que reaccionemos como cristianos, a que seamos personas! Que respuesta de Cristo!
Si queremos mantener el dominio sobre el tentador ejercitémonos en la oración, en la generosidad y en la abstinencia. Unámonos Cristo no tengamos apego a los bienes, seamos generosos con el necesitado y oremos continuamente ante aquel que tiene la autoridad absoluta.
La Oración nos une a Dios, la limosna, nos acerca y nos une al hermano y el ayuno nos ayuda a relacionarnos adecuadamente con la creación, no vivamos como esclavos, somos hijos de Dios.

miércoles, 16 de marzo de 2011

LA CUARESMA ES OTRA COSA

¿Eucaristías que no transfiguran?


En este peregrinar anual que significa la cuaresma, hoy nos encontramos con un hecho inusitado en la vida de Cristo Jesús. Previendo lo que ocurriría a sus apóstoles cuando él subiera a la cruz y muriera, invitó a tres de los más intrépidos de sus amigos, Pedro, Santiago y Juan a acompañarlo a orar en lo alto de una montaña. Ahí ocurrió el hecho que nos ocupa. En un momento apareció Cristo radiante, luminoso, encantador y conversando con dos hombres muy queridos de su pueblo, muertos varios siglos antes, Moisés, que significaba la Ley y Elías que encarnaba a los Profetas. Esto encendió el ánimo de Pedro y sus compañeros, que se propuso hospedar ahí mismo a Cristo y a sus acompañantes. En eso una nube luminosa cubrió la cumbre de la montaña, y desde dentro escucharon una voz que no era de este mundo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo mis complacencias. Escúchenlo”. Si antes la actitud de los apóstoles era de asombro, ahora era el miedo el que los invadía, pero el mismo Cristo los sacó de su ensimismamiento, y les mostró el camino para volver a los hombres: “Levántense y no teman”.
Esa visión momentánea fue crucial para Pedro, cuando Cristo fue alejado por la maldad de los hombres, pues él que fue invitado a callar el hecho hasta que llegara el tiempo oportuno, pudo sostener el ánimo de los apóstoles en el cumplimiento de la promesa de Cristo de que él volvería para quedarse para siempre con los suyos. Fue un momento, un instante, pero el suficiente para que los apóstoles comprendieran la grandeza y el poder del que se les había manifestado entre los hombres como el maestro bueno, amable, bondadoso y lleno de misericordia para todos los hombres. Pero la visión les hacía ver el lado oscuro, o mejor luminoso del Mesías, del enviado, del Hijo de Dios.
Para los cristianos, cada Eucaristía dominical tendría que significar lo mismo que para los apóstoles, el encuentro con Cristo, con su salvación, con su perdón, con la liberación para todos los hombres, y el encuentro con la comunidad de los que siguen al Señor. Pero si las cosas se llevaran bien, si los creyentes verdaderamente entraran en comunicación con Cristo Hijo de Dios, si se dejaran iluminar por él, si verdaderamente escucharan aquella voz del Padre: “Escuchen a mi Hijo”, entonces tendrían que escuchar al mismo Cristo que les indica: “Levántense y no teman”. Bajen, la Eucaristía ya terminó, y ahora vayan entre mis hermanos, lleven mi luz, mi mensaje, mi salvación, mi perdón, mi alegría y mi paz. Ya no pueden quedarse aquí siempre, poniendo cara de compasión, mientras mis hermanos sufren hambre y sed y son tratados injustamente. Ya no pueden poder cara de devotos mientras salen ignorando el dolor y el sufrimiento ajeno, e incluso contribuyendo a mantener en la injusticia, en el abandono y en la explotación a los hombres que han sido condenados en el mundo a una vida de miseria y de desilusión. No podemos quedarnos como Pedro, en un ambiente de espiritualidad, en lo alto de la montaña, pero sin compromiso alguno con su mundo. Cristo fue consciente de ello, y le indicó el camino. Habría que bajar al plano, al mundo, a la entrega, al compromiso, para luego dar el segundo paso y subir a otra montaña, el Calvario, para mostrar con la vida el grande amor que le unía a toda la humanidad y que le llevó a dar su vida por todos los hombres. Vivamos, pues, nuestra Eucaristía, dejémonos transfigurar por Cristo y luego vayamos a nuestro mundo a comunicar la alegría del encuentro vivo con el Señor Jesús.

viernes, 11 de marzo de 2011

¿Las tentaciones de Cristo, victoria para el hombre de hoy?

La cuaresma fue vista por nuestros cristianos como un tiempo de privaciones y sacrificios más o menos impuestos, un “tiempo carente de…” de música, fiestas, televisión y además con unos ritos que más que de vida y esperanza, sonaban como de muerte y de abandono, y sobre todo, ritos familiares que más que ayudar a una verdadera conversión nos llevaban a ocultar el rostro y a hacernos creer que éramos verdaderos cristianos. Todavía tenemos hoy los días de “ayuno” y “abstinencia” convertidos en verdaderos banquetes significados en México con las famosas “siete cazuelas” de los viernes de cuaresma. Hoy a ese “tiempo carente de…” tenemos que oponer un tiempo lleno de gracia, de bendición, de compasión, de perdón y de salvación. Cuaresma tiene que ser este año, según el Papa Benedicto XVI un tiempo en que podremos reafirmar el Bautismo que se nos ha dado como don, y un tiempo de acercamiento y de encuentro con Cristo para dejarnos acompañar por él en nuestro camino de salvación y de perdón, pasando por un tiempo de conversión hasta abrazarnos con Cristo a su Cruz, para poder gozar ya desde ahora de esa vida nueva que está ofreciendo y que nos acerca definitivamente a su propia resurrección.
Al hombre de hoy le falta ese dejarse guiar por el Espíritu de Jesús al desierto, al silencio, a la soledad, para encontrarse consigo mismo, con el propio rostro para pensar en su destino, en su futuro, en su salvación, cosa difícil definitivamente, pues situado en el terreno del demonio, las luces, los placeres, la tecnología, las diversiones, los placeres y el afán de poder, imposibilita definitivamente cualquier intento de salir victorioso en la lucha contra el mal, si nos encontramos inmersos en él. El hombre de hoy necesita buscarse su propio desierto, su propio silencio, y entonces conocerá la consolación que Cristo encontró en su Padre después de las tentaciones del desierto. Así, este primer domingo de Cuaresma está marcado por ese inaudito atrevimiento del Demonio, de Satanás, del tentador o del enemigo, de acercarse a Jesús para intentar arrancarle de la confianza en su Buen Padre Dios, con una bitácora bien definida, para meterle en una balsa sin timón y sin remos. La balsa de las tentaciones: el disfrutar, el tener, y el poder. Cristo supo decir no a cada tentación y aunque no cedió a transformar las piedras en panes, luego dio de comer a multitudes hambrientas; no se echó de lo alto del templo pero no bajó tampoco de la cruz y pudo salvarnos a todos y no se arrodillo ante el poder de este mundo, pero se arrodilló ante doce hombres avergonzados para lavarles los pies.
Esto lo expresa magistralmente el Papa Benedicto XVI en su mensaje de Cuaresma refiriéndose al itinerario cuaresmal en el primer domingo: “que subraya nuestra condición de hombre en esta tierra. La batalla victoriosa contra las tentaciones, que da inicio a la misión de Jesús, es una invitación a tomar conciencia de la propia fragilidad para acoger la Gracia que libera del pecado e infunde nueva fuerza en Cristo, camino, verdad y vida. Es una llamada decidida a recordar que la fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús, y en unión con él, una lucha “contra los Dominadores de este mundo tenebroso”, en el cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que quiere acercarse al Señor: Cristo sale victorioso, para abrir también nuestro corazón a la esperanza y guiarnos a vencer las seducciones del mal”.
El Padre Alberto Ramírez Mozqueda espera sus comentarios en alberami@prodigy.net.mx

miércoles, 2 de marzo de 2011

¿Misas que adormecen y esterilizan a los cristianos contra la injusticia?


A partir del sublime mensaje de las Bienaventuranzas, Jesús nos tomado de la mano y nos ha bajado hasta nuestra realidad para mostrarnos lo que él quiere de sus seguidores: sean luz del mundo y sal de la tierra, testigos del amor de Dios. Y llega el momento en que Cristo se muestra sobremanera claro sobre la respuesta que él desea de sus discípulos: “No todo el que me diga: “Señor, Señor”, entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Para que no quepa duda de sus palabras, Jesús pone dos ejemplos, uno del hombre prudente que gastó y se desgastó para hacer buenos cimientos para su casa y el otro que imprudentemente construyó su casa a flor de tierra con los resultados que ya imaginamos para cada uno.
Cristo nos está invitando pues, a hacer lo que los antiguos profetas propusieron a su pueblo: poner en lo alto el amor y la justicia, o sea la construcción de una sociedad humana, justa y feliz, por encima de una religiosidad cultualista, donde todo se va en rezos, en plegarias, en súplicas, además espiritualista, preocupada sólo de lo espiritual pero nada de lo material, sobre todo tratándose de los demás, e intimista, que prefiere la vivencia interior, las consolaciones místicas, pero que no ayuda para nada en las graves cuestiones que aquejan a la humanidad, como el hambre, el poco respeto por la vida, la violencia institucionalizada, o la discriminación por motivos de color o de raza. Así parecería de nuestra religiosidad popular.
Pero la palabra de Cristo nos está invitando hoy a tomar en serio nuestra Eucaristía dominical, como el momento fuerte de nuestra fe, como el momento del encuentro serio, en profundidad con Cristo Jesús y una comunión alegre y comprometida con su Cuerpo y con su sangre para que al salir de la Iglesia todos los cristianos lleven el compromiso santo de luchar a brazo partido por un mundo más justo, donde cada hombre tenga una condición digna de hijo de Dios y donde el bien común y la justa distribución de los bienes sea una realidad para cada uno de los hombres y para cada una de las naciones.
No podemos por lo tanto, seguir viviendo una Eucaristía fría, lejana, de compromiso, de costumbre y de folclore que no toca el corazón y del hombre y que lo hace entonces un miembro estéril en la lucha contra la situación de injusticia, de violencia y de maldad que son características de nuestra época. Queremos más bien una Eucaristía que nos haga solidarios con todos los hombres de buena voluntad que trabajan por la justicia.
Martín Luther King expresó esto mismo de una forma magistral:
Por consiguiente, no debemos tener nunca la sensación de que Dios, valiéndose de cualquier milagro o de un solo movimiento de su mano, eliminará el mal del mundo. Mientras creamos esto, rezaremos oraciones que no tendrán respuesta y rogaremos a Dios que haga cosas que no veremos realizar nunca. La creencia de que Dios lo hará todo en lugar del hombre es tan insostenible como lo es creer que el hombre puede hacerlo todo por sí mismo. También es una señal de falta de fe. Debemos saber que esperar que Dios lo haga todo mientras nosotros no hacemos nada, no es fe, sino superstición".
El Padre Alberto Ramírez Mozqueda espera tus comentarios en alberami@prodigy.net.mx

De la foto "sexy" al "sexting" Share

El “sexting”, ese fenómeno social de moda, cada vez toma mayor fuerza en nuestro país, sobre todo entre adolescentes, debido a que la tecnología permite su rápida expansión, pero es preocupante y necesario actuar para evitar que se siga propagando.

Si no ha escuchado sobre el tema, “sexting” es el envío de imágenes (fotografías o videos) con contenido sexual por medio de celulares. Puede ser una imagen propia, de un amigo o cualquier persona en la que se muestra un desnudo o semidesnudo, así como posturas provocativas, que luego se mandan –con autorización o no– de móvil a móvil, a mail, chats y/o redes sociales.



Esta novedad surgió para “reflejar la sexualidad y deseo de una persona para que sea reconocido a través del uso de su cuerpo, aunque sea de manera fotográfica”, según se lee en varias páginas que dan “asesoría” para realizar el mejor “sexting”. Su gancho son preguntas como: “¿y tú ya lo experimentaste?”, “¿te sientes atraído?”, “¿lo has hecho?”, y mejor le paramos, todas son por el estilo.

Nació en Estados Unidos pero se ha regado como pólvora por todo el mundo, los primeros imitadores se dieron en Europa, y América Latina no se quedó atrás. Se “vende” como “diversión” pero en realidad es exhibicionismo y pornografía que atenta contra la dignidad de la persona, toda vez que se la sobaja a mero objeto de placer sexual; además, la mayoría de las imágenes son tomadas bajo los efectos del alcohol o alguna otra sustancia adictiva.

Ante el aumento de esta peligrosa práctica hay que enviar propuestas a nuestros legisladores para que tomen medidas urgentes y eficaces que ayuden a frenarla. También es importante realizar una campaña educativa sobre el tema; aunque la Secretaría de Educación Pública (SEP) realizó una guía del “idioma web” donde menciona el “sexting”, hay que reforzar más la advertencia y fomentar una campaña de valores.

Vale la pena también aumentar las penas judiciales por el mal uso de imágenes. Pero no sólo corresponde a las autoridades ¿usted sabe todo lo que hacen sus hijos con el celular?, porque queda claro que no sólo sirve para hablar y mandar mensajes, sino, dese una vuelta por Youtube. No se trata de evitar esta tecnología pero sí de enseñar a darle un uso adecuado.