viernes, 24 de diciembre de 2010

¿Una Navidad como fuegos de artifucio? ¿Así de breve?


Una vez más hemos llegado, estamos engalanados por el ambiente navideño, tiene nuestra casa ambiente de fiesta navideña, cuan grato es estar en familia, con el calor de hogar. Pero, una vez más y todo esto pasará y será como fuego de artificio que se pierde en las noches de nuestras vidas, si todo esto es meramente exterior; si No hemos encendido la luz de Tu Amor en nuestro corazón. Si nuestra voluntad no se inclina ante ti y te adora incondicionalmente.
Tu no quieres tibios, ya lo dijiste cuando siendo hombre habitabas entre nosotros. Trajiste la paz pero también quieres que nosotros mismos luchemos por vencer nuestro egoísmo, nuestra soberbia, nuestra envidia, nuestra gran pereza para la entrega total.
La Navidad no es solo para una noche y de esta noche un ratito y tal vez mañana otro poquito. Es mucho más que eso, es todos los días, todos los meses y todos los segundos del año en que tenemos que vivir la autenticidad de nuestro credo.
Ser autenticos con nuestra fe no solo es: no robar, no matar,no hacer el mal a nadie. Busquemos en nuestro interior y veamos esos pecados de omisión: el no hacer el bien, el no preocuparnos de los que estan a nuestro lado, del hermano al que hay que tenderle la mano y hacer como que no lo vemos, como que no lo oimos... veamos si en nuestra vida hay desprendimiento y generosidad o vivimos solo para atesorar y cuando nos parece que tenemos las manos llenas, las tenemos vacias ante los ojos de Dios.
Que esta noche sea Nochebuena de verdad en nuestro corazón. Vamos a limpiar y quitar el polvo del olvido para las buenas obras. Vamos a colgar para siempre la estrella de la humildad donde antes había soberbia, vamos a poner una guirnalda de caridad donde antes había desamor.
Vamos a cambiar nuestra vida interior fría y apática, por una valiente y plena de autenticidad. Vamos a darte, Señor, lo que viniste a buscar en los hombres una noche como esta ya hace muchos años: limpieza de corazón y buena voluntad.
Pues bien, ya no será una vez más, será: Siempre más Señor. Y como es una Noche muy especial, en nuestra primera oración, en nuestra primera conversación contigo te pedimos:
POR LOS ENFERMOS, POR LOS QUE NADA TIENEN Y NADA ESPERAN, POR LA PAZ DEL MUNDO, POR LOS QUE TIENEN HAMBRE, POR LOS QUE TIENEN EL VACIO DE NO SER QUERIDOS, POR LOS QUE YA NO ESTÁN A NUESTRO LADO, POR LOS NIÑOS Y LOS JOVENES, POR LOS MATRIMONIOS, POR EL PAPA BENEDICTO XVI, POR LA IGLESIA, POR LOS SACERDOTES, ESPECIALMENTE POR EL PADRE ALBERTO RAMÍREZ MOZQUEDA Y SU FAMILIA.
TE DAMOS GRACIA , SEÑOR.

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