Le toco a Juan Diego el ser el receptor de ese mensaje de la Madre de Jesus, el cual quedo de manifiesto en su tilma, cuan grande es Dios que nos regala el aire que respiramos , la luz del sol, la lluvia para que nuestra tierra produzca alimento, nos da el recogimiento al entrar a una casa de oración, nos da el privilegio de ver crecer a nuestros hijos a sentir el amor de una madre o de un padre, nos da tanto y mucha s veces no alcanzamos a percibir que todo es algo que Dios nos proporciona gratuitamente, cuál sería su amor que nos trajo a su Madre y paso a ser parte del pueblo mexicano, es decir mexicana, ella no trajo los ojos azules, ni su pelo rubio, ni su faz blanca, sino más bien se quedo de manifiesto que ella es mexicana, de la raza de bronce, de la raza guerrera que defiende a los suyos, que privilegio tan grande para nosotros tener en nuestra casa en nuestro territorio la madre del salvador, la madre que está cerca de sus hijos para ser el consuelo de la gente que sufre, los más desprotegidos, los que ponen su esperanza en ella para que se acabe la violencia, para que no se siga profanando el templo sagrado de Dios, es decir el de las personas inocentes que lo que único que hacen es luchar por medio de su trabajo para sacar adelante a sus hijos y a la clase trabajadora, aquí está el despertar de las conciencias, que tanto estoy haciendo por los míos y por los demás, o me conformo nada mas llevar agua para mi molino , mientras a los demás no les permito ni siquiera ver el agua…, es una realidad dura, pero esa es, esta libertad que nos da Dios no justifica que se haya llegado a utilizar al hombre como moneda de cambio, se está atentando contra lo más hermoso de la creación que es el hombre. Tal vez si el hombre no hubiera sido tocado de esta forma nuestros pueblos no estaríamos en oración por una misma causa… por la salvación de todos, sobre todo los que no han tenido la oportunidad de conocer a Dios y sobre todo los que nunca tuvieron el amor de una madre como la virgen María y de un padre como San José.
Jesucristo y su Madre la Virgen de Guadalupe, nos invitan a orar juntos y a que el pueblo mexicano incluyendo la misma virgen entonemos este canto: “juntos como hermanos, miembros de una iglesia ,vamos caminando al encuentro del señor….donde reinara la paz donde reinara el amor.” Mantengámonos orantes para que Dios que nos da la libertad nos permita hacerlo con responsabilidad…
Jesucristo y su Madre la Virgen de Guadalupe, nos invitan a orar juntos y a que el pueblo mexicano incluyendo la misma virgen entonemos este canto: “juntos como hermanos, miembros de una iglesia ,vamos caminando al encuentro del señor….donde reinara la paz donde reinara el amor.” Mantengámonos orantes para que Dios que nos da la libertad nos permita hacerlo con responsabilidad…
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