martes, 18 de octubre de 2011

¡UNA IGLESIA SIN MISIÓN, PRONTA CORRUPCIÓN!



En la semana anterior al domingo mundial de las misiones, el Papa Benedicto XVI nos ha sorprendido gratamente al anunciar un año de la fe que comenzará el 11 de octubre del 2011, en el cincuentenario de la apertura del Concilio Vaticano II y tendrá como objetivo mostrarnos la belleza y la centralidad de la fe, la exigencia de reforzarla y de profundizarla a nivel personal y comunitario, haciéndolo en la perspectiva no tanto conmemorativa sino misionera, la de la misión ad gentes y de la nueva evangelización.
El Beato Juan Pablo II fue un Papa misionero, con la palabra y con los hechos, recorriendo a lo largo y a ancho nuestro mundo, llevando a todas las gentes la Palabra salvadora, Hoy podremos recordar algunas frases de su gran Encíclica La Misión del Redentor, que marcó una nueva etapa para la Iglesia: Ahora Benedicto XXI dará un nuevo auge a la actividad misionera de la Iglesia con la convocación del Año de la Fe. Él nos ha dado el texto programático para este día de las Misiones: “Como el Padre me ha enviado así los envío yo” (Jn 20, 21).
1,.La misión de Cristo Redentor está aún lejos de cumplirse, y atañe a todos los cristianos, nadie puede decir yo no, si el bautismo nos hizo encontrarnos de frente a frente con Cristo para poder entonces comunicarlo con toda nuestra vida y nuestro testimonio a los demás.
2.--La misión es signo de vitalidad, lo contrario denota una crisis de fe, recordando que fa fe se fortalece dándola. España, misionera en otras épocas, ahora tiene dificultades en su fe.
3-El primer servicio de la Iglesia al hombre es la evangelización misionera. La Iglesia está llamada a dar testimonio de Cristo y su primera encomienda es llevar su Evangelio a todas las gentes de todos los continentes y en todas las épocas de la historia.
4.-.el número de los que no conocen a Cristo se ha duplicado en los últimos 50 años, en un dato que debería movernos de nuestros lugares. El Papa actual nos dice: “No sólo; es cada vez mayor la multitud de aquellos que, aun habiendo recibido el anuncio del Evangelio, lo han olvidado y abandonado, y no se reconocen ya en la Iglesia; y muchos ambientes, también en sociedades tradicionalmente cristianas, son hoy refractarios a abrirse a la palabra de la fe. Está en marcha un cambio cultural, alimentado también por la globalización, por movimientos de pensamiento y por el relativismo imperante, un cambio que lleva a una mentalidad y a un estilo de vida que prescinden del Mensaje evangélico, como si Dios no existiese, y que exaltan la búsqueda del bienestar, de la ganancia fácil, de la carrera y del éxito como objetivo de la vida, incluso a costa de los valores morales”
5.-Dios abre a la Iglesia horizontes a una humanidad más preparada para la siembra evangélica y además, decía Juan Pablo II, presiento que ha llegado el momento de dedicar todas las fuerzas eclesiales a la nueva evangelización y a la Misión ad gentes. Cuando es urgente la salida a todos los pueblos tendríamos que imitar a los primeros cristianos, los primeros evangelizadores que salieron huyendo de Jerusalén, pero al mismo tiempo iban sembrando con gran alegría, la buena nueva de la Palabra donde quiera que pasaban.
Y recordando a San Pablo que afirmaba: “Hay de mí si no evangelizo”, todas las fuerzas de la Iglesia tienen que estar prestas, porque el momento de la siembra ya ha llegado y Cristo espera el ciento por uno de la cosecha que a él le costó su propia vida.

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