jueves, 27 de octubre de 2011
EL DÍLEMA: DECIR Y HACER
HE AHÍ
Es necesario aclarar algunos elementos para comprender mejor lo que nos han legado, primero antes que atacar a la gente a los discípulos o a las autoridades, es PREVENIR. La finalidad de prevenir se refuerza al constatar que el problema radica en " que dicen y no hacen ", actúan para ser vistos ", " quieren los primeros puestos " y ser reconocidos. En otras palabras quieren sentirse importantes; esto contrasta con las frases: que el mayor sea el servidor; " el que se ensalce, será humillado; y el que se humille será enaltecido ".
Ahora pongamos atención en los significados de " Rabi ", " Padre " en su origen es en titulo de autoridad, aunque con mucha seguridad es un titulo de honorabilidad para dirigirse
a alguien y suele traducirse por " maestro ". Y se relaciona con el deseo de reconocimiento público.
El término " Padre " debemos comprenderlo desde el tiempo de la familia donde es considerado el jefe absoluto, el dueño de todo y quien tiene potestad sobre todos los demás miembros de la familia. Esto ayuda a comprender por qué uno es el Padre de todos, el del cielo.
Las razones son de peso: Uno solo es el Maestro, uno solo es el Padre ( el del cielo ) y uno solo es el Tutor ( Cristo ). LA RAZÓN DADA ES QUE TODOS NOSOTROS
SOMO HERMANOS, y está, no este afectando directamente las otras afirmaciones.
Este contenido va más allá de un problema de términos o titulos, afronta con mucha seriedad un asunto de actitudes en la comunidad, y utilizar entonces estas enseñanzas para servir a la comunidad.
Decir entonces que no estamos de acuerdo con las incoherencias de decir una cosa y hacer otra. Más aún de la incoherencia desenmascarar la desfacahtez de exigir a otros que hagan lo que uno mismo no está dispuesto a cumplir ni en el más mínimo detalle. Además, se deja suficientemente claro que cuando alguien quiere ser más importante de manera inadecuada y con intenciones torcidas termina haciendo de la apariencia y de la hipocresía sus características principales.
Si queremos construir una auténtica comunidad cristiana debemos considerar comportarnos como hermanos. Desde esta perspectiva no es malo que existan maestros, guías, instructores, gentes que tengan actitudes de padre.... el problema surge cuando estas funciones comunitarias se quieren ejercer ( y de hecho a veces son ejercidas ) al margen de la verdadera fraternidad. Cuando alguien enseña y guía sin tomar en serio su responsabilidad de hermano con mucha facilidad cae en actitudes dictatoriales. Solo Dios ( y Cristo ) son El Maestro, El Padre y El Guía quien tenga una responsabilidad comunitaria en estos ámbitos desempeñara mejor su funciónen a la medidad que la desempeñe con los criterios de Jesús.
Por último, el ser humano tiene naturalmente un deseo profundo de ser importante; no hay que negarlo; al contrario, hay que aceptarlo con naturalidad. El problema es que con mucha facilidad nos equivocamos en el momento de elegir el modo. Si alguien quiere ser importante en la comunidad debe servir. Si alguien quiere ser guías, instructores, y responsables de la comunidad deben dejarse guiar en todo momento por la manera de pensar y actuar de Jesús.
Cualquier servicio debe tener como fundamento que somos hermanos y que la referencia para desempeñarlo adecuadamente no es el modelo empresarial o político sino el comportamiento de Jesús y la paternidad amorosa de Dios.
Alabemos a Dios por las personas que se esfuerzan seriamente por ser coherentes entre lo que dicen y hacen.
Pidámosle perdón por las ocasiones en que con nuestro comportamiento estamos lejos de lo que decimos creer y pensar. También roguémosle que nos perdone las ocasiones en que hemos querido ser importantes pero dominando y oprimiendo, no sirviendo.
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