De cuantos ciegos se habla en esta lectura ? Está el ciego de nacimiento. Están los fariseos que tampoco querian ver el milagro. Están los mismos padres que no querian meterse en líos Y en donde estamos nosotros que nos hacemos de la vista gorda. Y está otra realidad bien importante Dios no juzga como juzgan los hombres. El hombre se fija en las apariencias , Dios se fija en los corazones . Ciego no es solo aquel que en su vida ha visto los colores. Ciegos somos cuantos no vemos lo que tendríamos que ver. Ciego es el que no acierta a ver a los demás como hermanos y sólo los ve como "compradores", "vendedores ", " consumidores ". Ciego es el que no quiere ver las necesidades de los hermanos, y sólo ve la propia billetera, su chequera o su granero. CIEGO ES EL QUE SÓLO VE CON LOS OJOS DE LA CARA, PERO SU CORAZÓN Y SU ESPÍRITU CARECEN DE OJOS. Ciego es el que no acierta a ver la acción de Dios en la historia o en nuestra vida. Hoy nos tientan muchas cegueras: no se ven los que no cuentan económicamente y hay millones de personas consideradas invisibles. Estamos amenazados por la seguera de la seguridad en todo lo material que poseemos. Vivimos cegados por la prisa y la auto-concentración, las divisiones de cualquier rango, se embotan nuestros sentidos y nos cegamos sobre la unidad social, la paz, el amor, la cordialidad, la justicia, Y SOBRE TODO DIOS. Nos estará pasando que preferimos que sigan ciegos-ignorantes, porque es más fácil de manejar a las personas, preferimos que la gente siga ciega y no reconozca sus derechos, porque así nos complica menos nuestra vida, además que no sean conscientes de las injusticias que sufren y se resignen a una vida deplorable. El problema está cuando la gente empieza a ver porque alguien le ha abierto los ojos. Entonces ese "no es profeta " si no un revoltoso social. Cuando la Iglesia se pone a favor de los marginados y les habla de sus legítimos derechos, ya se están metiendo en líos, como Jesús, porque pone en riesgo y peligro la estabilidad y las ansias y egoísmos de los poderosos. El diálogo del ciego que ahora ve, con los fariseos ¡ cuanto se parece a los reclamos sociales de los que hasta ahora estaban ciegos de sus derechos !. La reflexión final es que necesitamos cristianos capaces de descubrir puertas donde antes veíamos muros.
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