sábado, 26 de diciembre de 2009

¡CRISTO JESÚS ESCAPÓ DE SUS PROPIOS SECUESTRADORES!




La fiesta de la los santos reyes o de la Epifanía, no es sólo la fiesta de los niños, sino la fiesta de los aventureros, de los que dejan la comodidad y la seguridad, para explorar caminos nuevos. No es la fiesta de los que se quedan en casa, pretendiendo conquistar el mundo con un simple control de TV en la mano, sino de los que salen a conquistar las montañas o bajar hasta las profundidades de la tierra, o los que invierten su vida conquistando la victoria sobre las enfermedades desde un microscopio, para alivio de la humanidad.

Navidad y Epifanía son dos fiestas gemelas, pero ésta última marca el momento en que Jesús dejó de ser patrimonio del pueblo hebreo, para ser el Salvador de todas las gentes, desde el momento en que permite la adoración de gentes extrañas a su propio pueblo.

Pero vayamos por partes, aunque santa claus, con esa figura grotesca, burda y extraña llegara a sustituir del todo a los santos reyes o reyes magos, la figura de éstos siempre será más simpática y significativa que la del viejo barbón y vestido como payaso de circo. Hay que decir en honor a la verdad, que de los reyes magos no tenemos datos ciertos en la Sagrada Escritura. Solo sabemos de su existencia, pero no cuantos eran, ni su profesión ni su nacionalidad, y tampoco sabemos su paradero, aunque su santidad Benedicto XVI, que no deja de ser alemán aunque sea el Santo Padre, haya ido en peregrinación a Colonia, en su patria, al lugar donde están los “restos mortales” de los reyes magos. Si son tres y si tenemos sus nombres y su color, eso lo han inventado los hombres a través del tiempo.

Y ya nos volvimos a desviar. Esos hombres aparecen, pues, al poco tiempo del nacimiento de Cristo. Ellos se habían puesto en camino, y una estrella misteriosa los fue guiando por todo el camino, pero al llegar a Jerusalén, hizo mutis y aquellos hombres quedaron sin saber a dónde voltear. Esa ciudad era comandada por un rey cruel, celoso hasta el extremo de su poder y de su reino, y ellos llegaron preguntando precisamente por el “rey” de los judíos que acaba de nacer. Era para que todos los moradores se murieran de angustia antes de que Herodes decretara la muerte de todos los que dieran pábulo a tal noticia. De cualquier manera se le informó de aquellas gentes extrañas con aquella extraña petición, y cuando investigó con los eclesiásticos sobre el lugar y el nacimiento de aquél “Salvador”, fueron enviados a Belén, distante apenas unos cuántos kilómetros con encargo de regresar a notificarle de tal suceso “para poder ir también él adorarle”. Pero aún a distancia de muchos siglos, nos sigue siento asombroso que ni el Rey Herodes movió un dedo, ni les dichos eclesiásticos se apresuraron a echar siquiera una mirada al personaje que estuvieron esperando ellos mismos por muchos siglos. ¿No ocurrirá cosa semejante el día de hoy? ¿No será que los pobres se dan más prisa para postrarse ante el Divino Salvador? ¿No será que los que aún no pertenecen de lleno a Cristo tienen más interés por él que los que ya estamos en plena comunión con el Jesús el Salvador? ¿Y no será extraño que hoy muchas gentes están interesadas en hacer el bien a los pobres, aquellos con los que Cristo quiso identificarse, en conseguirles cobijas, cobertores, un techo para ellos, una condición más digna de hijos de Dios que nosotros mismos, los eclesiásticos de todas las iglesias establecidas? De cualquier manera, hoy la nueva estrella de los cristianos, será la fe, la fe en el Salvador, que no siempre será fácil seguir, pero que brilla esplendorosa el día de hoy, aunque muchas gentes se esfuercen por opacar su luz y la alegría que irradia, para convertir a nuestro mundo en un mundo de tinieblas. Que todos los cristianos nos pongamos en movimiento, dejando nuestras comodidades, y podamos darnos la mano con todos los hombres de buena voluntad para que abrazados a Cristo el hermano mayor hagamos nuestro mundo más fraternal, más humano, más justo, más pacífico y más alegre.

El Padre Alberto Ramírez Mozqueda espera tus comentarios en alberami@prodigy.net.mx

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